Interior peninsular ¿Deshabitado?


Noviembre 2017

La península ibérica es uno de los escenarios fundamentales para el estudio de la prehistoria debido a su rico patrimonio arqueológico y paleontológico. Esa riqueza de yacimientos es especialmente acusada en las regiones costeras cantábrica y mediterránea con una mayor tradición en la búsqueda y estudio del registro arqueo-paleontológico, lo que ha permitido que conozcamos un amplio rango temporal sobre los ecosistemas y la forma de vida de los pobladores paleolíticos. Esta situación cambia cuando nos adentramos en tierras del interior peninsular, especialmente en la meseta castellana e inmediaciones del sistema central, donde aparentemente hay menos yacimientos y, por tanto, menos registros paleolíticos. Desde hace unos años, investigadores del Equipo de Investigación de Atapuerca adscritos al Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humano, vienen desarrollando diferentes campañas de prospecciones y excavaciones en diferentes comarcas del interior que están permitiendo conocer cada vez mejor el clima, los ecosistemas y las formas de vida de nuestros ancestros en este ilusorio “desierto” prehistórico.

Durante los meses de agosto y septiembre ha tenido lugar la decimosexta campaña de excavaciones en el conocido como valle de los neandertales, en el municipio de Pinilla del Valle, situado en la vertiente madrileña de la sierra de Guadarrama. En esta campaña se han excavado los yacimientos del abrigo de Navalmaíllo, la cueva de la Buena Pinta y la cueva Descubierta, que han aportado nuevos restos de fauna y herramientas líticas. Estas cuevas fueron morada de humanos y carnívoros que dejaron acumularse los vestigios de su actividad durante miles de años. Este proyecto, codirigido por Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano y Alfredo Pérez González, está permitiendo conocer la vida de los neandertales en el Paleolítico medio en esta hermosa región enclavada en pleno corazón del Parque Nacional de la sierra de Guadarrama.

En la vertiente norte de la misma sierra de Guadarrama, en el piedemonte segoviano, se enclava el valle del Tejadilla a escasos dos kilómetros de la ciudad de Segovia. En uno de los barrancos que vierten al valle se abren diversas cuevas, dos de las cuales, la de la Zarzamora y la del Portalón del Tejadilla, se vienen excavando, bajo la dirección de Milagros Algaba y Nohemi Sala, desde el año 2008. La riqueza en huesos de animales acumulados por hienas en estas cuevas, ha permitido conocer cómo eran los ecosistemas de los últimos milenios del Paleolítico en la submeseta norte.

La región castellano-manchega tampoco ha permanecido inexplorada, ya que recientemente se han emprendido dos nuevas excavaciones: una en la alcarreña cueva de los Torrejones, codirigida por Adrián Pablos y Nohemi Sala, y la otra en Cueva de Juan Labranz, yacimiento enclavado en la Serranía de Cuenca, dirigido por Nuria García. Aunque aún es pronto para conocer detalles sobre estos proyectos, se trata de lugares prometedores que esperemos den una información valiosa que permita completar los hiatos geográficos de este aparente desierto en el registro.