Paleoneurología: entre fósiles y medicina


Uno de los objetivos primordiales de la Fundación Atapuerca es ofrecer apoyo al Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA), a través de ayudas predoctorales y posdoctorales a la investigación. Ahora, esta posibilidad se ofrece también al público general. En esta sección se muestra una manera directa de contribuir a la financiación de la tesis doctoral de Ana Sofía Pereira Pedro, titulada “Craneología funcional y evolución humana: relaciones estructurales y organización espacial en la evolución de las áreas fronto-parietales”.

Descripción del trabajo: La evolución de nuestro cerebro es el resultado de un proceso de integración entre diferentes componentes anatómicos, donde neuronas, huesos, y vasos sanguíneos tienen que cambiar conjuntamente para seguir manteniendo un equilibrio en sus funciones y en sus relaciones físicas. Tenemos un cerebro tres veces mayor de lo que deberíamos tener en un primate de nuestro tamaño. Esta inversión tiene costes muy elevados, tanto a nivel energético como de organización. En ocasiones, ciertas adaptaciones pueden conllevar efectos secundarios, sobre todo cuando no son dañinas para los jóvenes o cuando afecten en edades avanzadas. Es decir, cuando el valor reproductivo de las personas afectadas ya no es tan determinante. A lo largo del Pleistoceno Medio (hace entre 780.000 y 120.000 años) el aumento del volumen cerebral se vio acompañado por variaciones de los lóbulos frontales y de los lóbulos parietales. Hoy en día se piensa que el “sistema fronto-parietal” es una red extremadamente importante para aquellos niveles cognitivos que nos hacen humanos, incluso la posibilidad de relacionarnos con el ambiente y con la tecnología, la capacidad de imaginar y simular, o la capacidad de tomar decisiones. Estos cambios anatómicos pueden haber comportado algunos problemas. Los lóbulos frontales y temporales se han aproximado demasiado a las órbitas, probablemente constriñendo su desarrollo y generando pequeñas deformaciones como las que observamos en la miopía, el defecto de visión más frecuente en nuestra especie. Los lóbulos parietales han sufrido un importante aumento de tamaño, de complejidad de los vasos sanguíneos y del metabolismo, justo en aquellas áreas donde se han descrito problemas metabólicos en la enfermedad de Alzheimer. El proyecto de tesis doctoral “Craneología funcional y evolución humana: relaciones estructurales y organización espacial en la evolución de las áreas fronto-parietales”, que lleva a cabo Ana Sofía Pereira, tiene como objetivo analizar las variaciones de cráneo y cerebro en estas áreas, en los humanos modernos y en los homínidos extinguidos. El objetivo fundamental es averiguar en qué medida esas variaciones evolutivas puedan haber influido sobre la vulnerabilidad hacia estas patologías tan características de nuestra especie.

Currículo: Ana Sofia Pereira Pedro es licenciada en Biología por la Universidad de Aveiro (Portugal), y tiene un Máster en Biología y Evolución Humana por la Universidad de Coimbra (Portugal). Realizó el trabajo final de máster en el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) de Burgos sobre técnicas de morfometría computarizada y anatomía digital en paleoneurobiología. Actualmente es doctoranda de la Universidad de Burgos en el programa de Evolución Humana, Paleoecología del Cuaternario y Técnicas Geofísicas Aplicadas en la Investigación. Realiza su trabajo de investigación en el laboratorio de Paleoneurobiología de Homínidos del CENIEH, dirigida por Emiliano Bruner y José María Bermúdez de Castro.