Todos los rasgos que caracterizan a nuestra especie son el resultado de un largo proceso evolutivo que empezó hace unos siete millones de años en África. La paleontología se ocupa de desentrañar este proceso. A partir del estudio de huesos y dientes fósiles los paleoantropólogos nombramos las distintas especies y establecemos las relaciones entre ellas. También intentamos explicar la variabilidad en la biología, comportamiento y ecología de estas especies pretéritas. En definitiva, estamos intentando responder a dos de las grandes preguntas que desde siempre se ha hecho la humanidad: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? Para responder a estas preguntas construimos historias, historias que son contadas por los esqueletos. El avance de la disciplina, junto con el descubrimiento de nuevos fósiles ha provocado que estas historias sean cada vez más completas.
En el curso de verano “Historias contadas por el esqueleto: nuevos avances en investigaciones paleantropológicas” organizado por la Universidad de Burgos y el Museo de la Evolución Humana, expertos del EIA nos contaron los avances en las técnicas usadas actualmente en paleoantropología para construir las historias contadas por los esqueletos, así como las nuevas historias que hay.
Este curso tuvo lugar del 5 al 9 de julio en el Museo de la Evolución Humana. En él se han tratado temas más metodológicos, como la aplicación de la Tomografía Axial Computarizada o las técnicas de Arqueología Molecular. Pero también cuestiones relacionadas con la forma en la que conocemos el sexo y la edad de muerte de los fósiles o todo lo que conocemos a partir de los estudios tafonómicos. Por supuesto, también habrá un hueco para que destacados especialistas nos pongan al día sobre las últimas hipótesis y escenarios evolutivos.