La escritura es el nuevo número de la colección “Origen, Cuadernos de Atapuerca”, en el que nuevamente ha colaborado la Fundación Atapuerca. Ana Mayorgas, profesora de la Universidad Complutense de Madrid y autora de este libro, desvela cómo surgió la escritura en el Próximo Oriente, en México, en Perú o en China de forma independiente. Faraones, emperadores y reyes de las primeras ciudades de la antigüedad usaron la escritura para controlar la economía, hacer propaganda de su poder y registrar fenómenos celestes que sirvieran para mejorar las cosechas y consolidar su imagen de benefactores.
Mayorgas menciona en este número que la escritura fue inventada en numerosas ocasiones y de diferentes maneras: pictográfica, silábica, consonántica, etc. La creación del alfabeto por parte de los fenicios hace unos dos mil años no ha implicado la desaparición de otras modalidades de escritura más complejas, como prueba el vigor de la caligrafía china. Cada pueblo ha elegido su código de signos escritos en función de su tradición cultural, no de su simplicidad o de su superioridad. Incluso la oralidad ha sido privilegiada en numerosas ocasiones, una vez inventada la escritura, o ha sido complementaria de esta.
La autora también detalla en este libro que la escritura ha surgido para satisfacer unas necesidades inmediatas, sobre todo por parte de las clases privilegiadas, y que a lo largo de la historia se fue extendiendo a un mayor número de territorios y seres humanos. Eso ha permitido registrar, difundir y transmitir el conocimiento a la vez que ha ofrecido un soporte para plasmar la creatividad artística, todo ello estando a nuestro alcance en la actualidad. La progresiva democratización de la escritura no puede hacernos olvidar que durante miles de años solo un ínfimo porcentaje de la población humana era capaz de leer o de escribir.
Este cuaderno se corresponde con el número 18 de esta antología de la Prehistoria, que coordina científicamente el profesor de la Universidad de Burgos Carlos Díez, edita el “Diario de los Yacimientos de la Sierra de Atapuerca” y en la que colabora la Fundación Atapuerca.