Mayo 2019
Un total de 63 restos fósiles, en su mayoría humanos, pero también de animales, cerámicos y de industria lítica, se han recuperado durante la segunda campaña excavaciones en la Cueva La Quebrantada (Montorio, Burgos). Se trata de una cavidad funeraria, localizada a casi dos metros de profundidad y en un terreno negro debido a restos de carbón.
Ana Isabel Ortega, miembro del Equipo de Investigación de Atapuerca y beneficiaria de una ayuda posdoctoral de la Fundación Atapuerca, ha sido la encargada de dirigir estos trabajos. Junto a ella han participado personas vinculadas al Equipo de Investigación de Atapuerca, así como al Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) y al Grupo Espeleológico Edelweiss.
A la espera de los resultados de los análisis de los restos recuperados este año, el estudio preliminar de los restos humanos hallados el pasado año ha desvelado que al menos 19 personas fueron inhumadas en esta cavidad durante la Edad del Bronce. Una vez estudiados, los fósiles pasarán a formar parte de los fondos del Museo de Burgos.
Dentro de la propuesta de intervención arqueológica de este año en Cueva de La Quebrantada, se ha realizado una fotogrametría y una topografía de detalle de toda la ladera de Santa Cecilia, en la que se enmarca esta cavidad. Estas técnicas han sido dirigidas por Alfonso Benito Calvo, del CENIEH, y se han realizado a través de reconstrucciones tridimensionales con drones con el fin de elaborar el estudio geomorfológico de este enclave.
Los responsables del proyecto quieren ampliar su estudio en el futuro a otros sectores del páramo de Montorio, así como a los inmediatos términos de Quintanilla Sobresierra y Castrillo de Rucios. Se trata de un sector de gran interés arqueológico, vistos los túmulos megalíticos inventariados por el investigador Miguel Moreno.
Durante esta campaña, se ha dejado sin excavar una zona de la reserva arqueológica, a la espera de que en un futuro nuevas tecnologías permitan una mejor extracción y obtención de información sobre el yacimiento.
Esta segunda campaña de excavación fue financiada por el Ayuntamiento de Montorio y la Diputación Provincial de Burgos, que concedió una de sus ayudas de 2018 destinadas al desarrollo de actividades arqueológicas que pusieran en valor diferentes elementos patrimoniales de los municipios burgaleses.