Al final de una larga jornada de caminata, el grupo de neandertales se detuvo a pasar la noche en la Cueva Agujereada. Cerca del fuego, mientras algunos reparaban herramientas de caza, un individuo cortaba con un cuchillo de sílex las garras de un águila imperial cazada en su nido a media mañana. Con ellas elaboraría un nuevo colgante, tal y como le había enseñado su madre, y a esta, su abuelo. Los huesos sobrantes y herramientas rotas fueron arrojados al suelo de la cueva.
Más de 39.000 años después, los arqueólogos encontraron uno de los huesos del pulgar del águila en perfecto estado y repleto de marcas de corte, en lo que hoy es la costa de Tarragona. El análisis de este hueso, publicado este mes de noviembre en la revista Science Advances, añade una nueva evidencia a nuestra comprensión sobre el comportamiento de los neandertales. El hallazgo reaviva el debate entre los científicos: ¿realizaron nuestros primos extintos actividades simbólicas, como el arte y la decoración personal, o fue una actividad exclusiva de los humanos modernos?
Se trata del primer objeto ornamental realizado con garras de águila descubierto en la península ibérica y, además, el más reciente dentro del mundo neandertal. Esta investigación, a la que Science Advances ha dedicado su portada, ha sido liderada por Antonio Rodríguez-Hidalgo, investigador del Equipo de Investigación de Atapuerca. El ejemplar se halló en Cova Foradada (Calafell) y consiste en una falange de la pata izquierda de un águila imperial (Aquila adalberti), con 12 marcas de corte que sugieren que fue tratada para formar parte de un collar. En el mismo nivel arqueológico se encontraron otras partes de las patas de al menos dos águilas imperiales y un buitre leonado.
En Europa se conocen otras 23 falanges de distintas especies de rapaces con signos de este tipo, procedentes de 10 yacimientos y con edades comprendidas entre 130.000 y 42.000 años. Según los investigadores, las garras evidencian un territorio cultural común en el sur de Europa, zona en el que estos elementos cobrarían un significado simbólico.
La datación de los sedimentos en los que se hallaron los restos y el tipo de industria lítica asociada, conocida como Chatelperroniense, indica que nos encontramos ante el “último collar neandertal” conocido hasta la fecha. El Chatelperroniense fue una cultura propia de los últimos neandertales que vivieron en Europa, y coincidió con el momento en que esta especie entró en contacto con los Homo sapiens, originarios de África y en expansión desde de Oriente Medio. El hallazgo amplía los límites temporales y geográficos que se habían estimado para este tipo de ornamento de los neandertales. De hecho, la investigación sugiere que el uso de las garras de águila como elemento simbólico podría haber sido una transmisión cultural de los neandertales a los humanos modernos, que habrían adoptado esta práctica después de llegar a Europa.
En mayo de 2019 se publicó el hallazgo en Cova Foradada de las evidencias más antigüas y meridionales de la cultura chatelperroniense en Europa, demostrando, por una parte, que esta industria llegó hasta la depresión del Ebro, por tanto, más al sur de las regiones cantábrica y pirenaica que se reconocían anteriormente, y por otra, modificando la antigüedad conocida para la transición desde el Paleolítico medio al superior. La cultura toma su nombre de la población de Châtelperron (Allier, Francia), y se caracteriza por la fabricación de cuchillos y puntas con ciertas semejanzas a las de los comienzos del Paleolítico superior. Los trabajos en la Cova Foradada comenzaron en 1997. Actualmente, la dirección de la excavación está a cargo de Juan Ignacio Morales y de Artur Cebrià. El estudio arqueológico de este yacimiento se incluye en un proyecto del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas (SERP) financiado por el Departamento de Cultura de la Generalitat y en otro financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, encabezados ambos por Josep Maria Fullola, catedrático de la Universidad de Barcelona y director del SERP.
En el artículo en Science Advances también han participado expertos de la Universidad Rovira i Virgili, el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), el Museo Nacional de Historia Natural de París, la Universidad de Salamanca, la Universidad de Calgary (Canadá) y el Centro Nacional de la Investigación Científica (CNRS) de Francia.
Referencia:
Rodríguez-Hidalgo, A., et al., 2019. The Châtelperronian Neanderthals of Cova Foradada (Calafell, Spain) used imperial eagle phalanges for symbolic purposes. Science Advances, 5(11), eaax1984. DOI: https://doi.org/10.1126/sciadv.aax1984