Todo el planeta, parque nacional


By Juan Luis Arsuaga Ferreras

Si tuviera unos prismáticos lo suficientemente potentes me gustaría ver lo que está pasando en el campo estos días en los que los seres humanos estamos encerrados en nuestras casas y no hay nadie más allá de los núcleos urbanos. Si por nadie nos referimos, claro está, solo a los seres humanos, porque el campo está lleno de gente. Otra clase de gente, que no habla, pero que en esta época del año canta y mucho. Nos estamos perdiendo la primavera, pero los animales la tienen toda para ellos.

Normalmente la noche es suya, porque los humanos solo somos visibles de día. Por la noche estamos callados y concentrados en una parte mínima del territorio. Me gusta pensar que hasta el alba toda España es un parque nacional. Pero ahora lo es las 24 horas del día y los corzos que están naciendo no han conocido al ser humano ni aprendido a temerlo. Algunos animales incluso están entrando en las ciudades, como si quisieran averiguar qué nos pasa que no salimos a la calle.

De la tragedia que estamos sufriendo estos días tenemos que sacar algunas lecciones. La manera de habitar el planeta los miles de seres humanos que formamos la especie es una de las más importantes. Me gustaría pensar que cuando volvamos al campo lo sabremos mirar como si fuera la primera vez, y que empezaremos de cero una nueva relación.

Mientras tanto, oteo desde la ventana de casa con mis prismáticos de poco aumento. A lo mejor veo pasar un águila.