Junio / Julio2017
El pasado 19 de junio comenzaron las excavaciones en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, dirigidas por Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell. Durante este periodo, un total de 280 personas de 22 nacionalidades distintas han trabajado en los diferentes yacimientos.
Respecto a los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril, en la Sima del Elefante se han dejado al descubierto alrededor de 20 m2 del nivel TE07, hasta la fecha el más antiguo de toda la sierra de Atapuerca. Durante su excavación, se han recuperado restos de macromamíferos como ciervos o carnívoros de pequeña talla, así como aves de distintos tamaños, entre los que se encuentra el águila pescadora. Estos restos, de más de 1,3 millones de años, aportan información sobre la fauna que existía en la sierra en esta cronología. Asimismo, se ha recuperado del nivel TE16, correspondiente al Pleistoceno inferior, con más de 780 mil años de antigüedad, una pieza de industria lítica en sílex, lo cual pone una vez más de manifiesto la presencia de los grupos humanos en las inmediaciones del yacimiento hace un millón de años.
Por su parte, en el yacimiento de Galería se ha excavado el tramo inferior de la Unidad GIIIa, datado en torno a los 270 mil años, y se han recuperado restos de fauna e industria lítica. Los restos faunísticos pertenecen principalmente a caballos y a ciervos, aunque también se han recuperado huesos de carnívoros y de aves. La mayoría de los elementos anatómicos corresponden a costillas, vértebras, mandíbulas y dientes aislados. En cuanto a las herramientas líticas, éstas fueron elaboradas principalmente en sílex. También se han recuperado cantos de cuarcita que fueron utilizados como percutores o machacadores de huesos. La distribución de los restos refleja claramente el tipo de uso que los grupos humanos hicieron de Galería. Uno de los principales hallazgos corresponde a un núcleo de sílex neógeno de grandes dimensiones, que fue parcialmente explotado y abandonado, quizá con la intención de volver a utilizarlo en sucesivas visitas a la cavidad, como sugiere el uso reiterado de la cavidad como lugar de obtención de nutrientes.
Los niveles inferiores de la unidad TD10 de la Gran Dolina, con una antigüedad de 400 mil años, han sido excavados en una superficie de 90 m2. La capa excavada este verano presenta una menor concentración de restos que los niveles precedentes de esta unidad. Sin embargo, el registro recuperado refleja una gran diversidad en cuanto a especies de herbívoros -como caballo, ciervo, bisonte y rinoceronte- y de carnívoros, como león, tigre dientes de sable y lobo. Estos últimos aparecen representados tanto por elementos de su esqueleto, como por las marcas que dejaron sus dientes sobre los huesos de sus presas. En cuanto a la industria lítica, cabe destacar la presencia de numerosos bifaces y hendedores, fabricados en cuarcita, arenisca y sílex, que se suman a la ya rica colección achelense de los yacimientos de la sierra de Atapuerca.
Por su parte, la excavación en las unidades inferiores de Gran Dolina, concretamente en TD04, ha reunido más evidencias sobre la presencia humana en la sierra de Atapuerca en torno al millón de años, así como sobre el contexto ecológico en esas cronologías. Los indicios de visitas de grupos humanos a la cueva han aumentado, con una pequeña colección de 4 artefactos líticos que aún mantienen características muy primitivas. Junto a ellos se han descubierto algunos huesos con marcas de corte, lo que sugiere la asociación directa entre esos instrumentos líticos y los animales caídos dentro de la torca de Gran Dolina, principalmente los primeros ciervos comunes que llegaron a Europa, gamos, cérvidos gigantes, asnos silvestres y rinocerontes. También se ha documentado una interesante variedad de carnívoros, como los osos de la especie Ursus dolinensis (descrita por primera vez en este yacimiento), el jaguar europeo, que desapareció de nuestros paisajes hace medio millón de años, y las primeras hienas modernas europeas, similares a las hienas manchadas africanas. Hasta hace poco se pensaba que estos hiénidos habían llegado a Europa procedentes de África hace unos 700 mil años. Sin embargo, los datos de esta campaña demuestran que su entrada al subcontinente ya se había producido hace un millón de años.
Ya fuera de la Trinchera del Ferrocarril, las labores en la Cueva Fantasma se han centrado en el desescombro del ripio de la antigua cantera, lo cual ha supuesto la evacuación de unas 8 mil toneladas de escombros, y la limpieza del yacimiento, con el fin de preparar la campaña de excavación para 2018. A tal fin, se han realizado un conjunto de perfiles geofísicos eléctricos y de georrádar, y 5 sondeos mecánicos con recuperación de testigos, que permiten reconocer la naturaleza y el potencial estratigráfico del yacimiento, cuya base se localiza a unos 10-13 m de la superficie actual.
La recién acabada campaña de excavaciones 2017 ha ofrecido en el yacimiento de Fuente Mudarra un nivel del Pleistoceno superior muy rico en industria lítica de sílex, cuarcita y cuarzo, entre cuyos efectivos cabe destacar varios percutores y lascas. Fuente Mudarra, con su característico entorno lagunar, supone, junto con la Galería de las Estatuas, uno de los (posiblemente) numerosos enclaves en los que los neandertales de hace más de 50 mil años realizaban sus actividades cotidianas.
Finalmente, los trabajos en la cueva de El Mirador han finalizado excavando niveles del Neolítico final, de unos 5 mil años de antigüedad, relacionados con el uso de la cavidad como cueva redil. Destaca la presencia de gran cantidad de restos de ovicápridos -principalmente fetos, neonatos e infantiles-, que indican que durante este período la cueva fue usada para estabular animales en periodo de gestación y de lactancia, lo que permite constatar que la práctica de separar estos animales del resto del rebaño durante el período de cría, habitual en la actualidad, se remonta a las primeras fases de la implantación de la ganadería en la península ibérica.
Por otra parte, se han documentado nuevas evidencias de canibalismo en un nivel atribuido, a la espera de dataciones, al Calcolítico-Neolítico final, lo cual supone que tales evidencias son cronológicamente anteriores a las descubiertas en 1999, en niveles del Bronce antiguo (3.800 años). Asimismo, se han recuperado nuevos restos humanos, entre ellos dos cráneos completos, procedentes del sepulcro colectivo calcolítico (de hace unos 4.500 años).
Cueva Mayor
Los trabajos de excavación en Cueva Mayor comenzaron el pasado 1 de julio. En el interior de la cavidad se ha intervenido en tres yacimientos ocupados por tres poblaciones humanas diferentes en un intervalo de más de 430 mil años: el yacimiento del Pleistoceno medio de la Sima de los Huesos (más de 430 mil años), Galería de las Estatuas en el Pleistoceno superior (más de 50 mil años) y los niveles del Holoceno del Portalón de Cueva Mayor (7 mil y 3 mil años).
Sima de los Huesos
Hasta la fecha, en la Sima de los Huesos se han excavado dos superficies denominadas Área A, en el extremo occidental del yacimiento y Área B, en la pared noroeste. Estos dos sectores son fundamentales ya que es donde se encontraban las arcillas rojas que albergan los fósiles humanos y de carnívoros. En el extremo oriental del Área B, se encontraba un gran bloque de roca caliza que separaba ese área B de una zona no excavada del yacimiento. A finales de la campaña 2016 se retiró el bloque y en este año la excavación se ha centrado en averiguar si al otro lado de esta barrera continuaban las arcillas fosilíferas o no. Los resultados han sido positivos, recuperándose en el barro de color rojizo restos fósiles de osos, león de las cavernas, mustélidos y un buen conjunto de restos humanos entre los que destacan un peroné, costillas y una vértebra cervical, fragmentos de “galletas” -nombre cariñoso con el que los investigadores denominan a los fragmentos de huesos del cráneo-, huesos de la muñeca y buena parte de una mandíbula con algunas piezas dentales perfectamente preservadas en su posición de vida.
Galería de las Estatuas
En la presente campaña de excavación se ha seguido trabajando en las dos catas denominadas Estatuas I y II. Como en años anteriores, han aparecido tanto restos de fauna como piezas de industria lítica. Las herramientas de piedra recuperadas, de entre las que destacan las raederas, están elaboradas a partir de sílex y cuarcitas, todas ellas procedentes de materias primas locales. Los restos de fauna recuperados son en su mayoría de équidos y cérvidos, aunque también se han recuperado huesos de pequeños mamíferos como conejos con marcas de corte que indican que fueron aportados a la cueva y consumidos por neandertales. Otros huesos pertenecientes a animales de gran tamaño, quizás bisontes o uros, presentan marcas de haber sido fracturados intencionalmente para la extracción del tuétano, y posteriormente utilizados como percutor blando para retocar los filos de las herramientas líticas.
En los últimos días de campaña ha habido un hallazgo tan deseado como inesperado. Se trata de una falange del pie de un neandertal, el primer resto humano de esta especie recuperado en contexto estratigráfico en la sierra de Atapuerca.
En la actual entrada a la Cueva Mayor se encuentra el yacimiento de Portalón, un yacimiento muy rico en niveles de cronología holocena. La campaña de excavación de 2017 se ha centrado en dos sectores de cronologías diferentes. La más antigua corresponde al Neolítico (hace unos 7 mil años) donde se reconocen estructuras habitacionales con suelos preparados y hogueras. En estos niveles se han recuperado gran cantidad de fragmentos cerámicos, herramientas líticas e industria ósea, es decir, configurada con huesos de animales. Cabe destacar numerosos punzones de hueso y un botón perforado. Además de las herramientas, se han recuperado huesos de animales tanto salvajes como domésticos que fueron aprovechados hasta la última caloría. Respecto a la cronología más reciente, se han excavado los niveles de la Edad del Bronce final (unos 3 mil años) donde, entre otras cosas, se ha recuperado un delicado adorno de oro primorosamente elaborado. Este hallazgo nos habla del gusto por la belleza y de la habilidad como orfebres de las poblaciones del Bronce de la sierra de Atapuerca.
Estación de lavado del río Arlanzón
En la ribera del río Arlanzón cada campaña de excavación se lavan y trían toneladas de sedimentos procedentes de todos los yacimientos que se excavan durante la campaña en la sierra (9 yacimientos en 2017) para recuperar los fósiles que los ojos de los excavadores son incapaces de ver por su diminuto tamaño. Se han lavado una media de 1.300 kg de sedimento diarios para poder recuperar entre miles de pequeñas piedras, los fósiles de la microfauna. Tras la laboriosa tarea de separar la piedra del fósil, ha sido posible extraer una importante diversidad de especies de pequeños mamíferos, reptiles, aves y anfibios que permiten a los investigadores realizar interpretaciones paleoclimáticas y biocronológicas. Entre los hallazgos más destacados de la campaña, cabe destacar los fósiles de la musaraña gigante y venenosa Dolinasorex glyphodon del nivel TD04, especie que fue definida en 2009. La campaña de este año en el río se ha visto dificultada por actos de vandalismo realizados durante la noche, que sería deseable que no volviesen a repetirse más.