Homínidos prehistóricos de Ana Zaga (Gosbutan, Azerbaiyán)


By Marcos García Díez / Universidad Complutense de Madrid

El pasado mes de agosto, un equipo internacional de arqueólogos españoles, azerbaiyanos e italianos, llevaron a cabo trabajos arqueológicos en la Reserva Nacional Artística e Histórica de Gobustan de Azerbaiyán. Las investigaciones, promovidas por la Reserva Nacional Artística e Histórica de Gobustan (Azerbaiyán), la Universidad Complutense de Madrid (España) y la Universidad de Ferrara (Italia) y financiadas por la Fundación Palarq (España), Fundación Atapuerca (España) y el Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Italiana (Italia), tienen como objetivo ampliar el conocimiento sobre el arte rupestre de Gobustan declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2007, bajo la declaración denominada “Gobustan Rock Art Cultural Landscape.

En el ámbito de las colaboraciones que desarrolla la Reserva Nacional Artística e Histórica de Gobustan, Azerbaiyán, desde 2019, y de manera interrumpida debido a la pandemia de la COVID, se han desarrollado trabajos arqueológicos que tienen como objetivo conocer la cronología del arte rupestre de Gobustan y su vinculación con los grupos humanos que ocuparon este territorio durante la Prehistoria.

Durante la campaña del 2022 los trabajos se centraron en Ana Zaga, documentado el arte rupestre del abrigo para conocer las superposiciones entre motivos y poder acercarse a la cronología relativa de su ejecución, así como poder entender el grado de reaprovechamiento de las figuras en tiempos posteriores a su ejecución. Además, se procedió, bajo coordinación de Manuel Vaquero, investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), a realizar una pequeña excavación o “refresco” del corte estratigráfico a fin de precisar la cronología de las ocupaciones humanas prehistóricas que cubrían una parte de los grabados, y poder datar de este modo con edades mínimas el arte rupestre.

Estos trabajos arqueológicos, cuyo estudio se encuentra en fase preliminar, han puesto al descubierto 5 niveles arqueológicos que contienen ocupaciones arqueológicas desde la Edad Media (en torno al siglo XV) hasta momentos Mesolíticos (aproximadamente hace unos 10.000 años).

Durante los trabajos realizados se ha recuperado industria lítica, huesos de animales consumidos por los grupos prehistóricos (entre otros de oveja, cabra, caballo y bóvido), adornos personales, restos cerámicos y numerosos huesos de pequeños animales y carbones que permitirán conocer cómo era el clima a lo largo de los últimos 10.000 años.

El hallazgo más destacado ha sido el descubrimiento de restos humanos en el nivel 5, atribuido al Mesolítico, un momento de entre unos 10.000 años en el que los grupos humanos eran poblaciones cazadoras-recolectoras. En concreto se ha recuperado un pie humano de un individuo joven (entre 4 y 8 años) que se encontraba en posición anatómica. A falta de trabajos específicos, los restos documentados permiten considerar preliminarmente que se trata de un enterramiento humano que se realizó en Ana Zaga. Posteriores estudios precisarán la edad del individuo, y deberán determinar la relación entre los restos humanos y los localizados previamente, ya que cabe la posibilidad de que se trate del mismo individuo; ello permitirá determinar el tipo de enterramiento y la posible existencia de un ritual funerario.

Los restos humanos de Ana Zaga son claves para el estudio del comportamiento simbólico y de los ritos ancestrales de los últimos grupos cazadores-recolectores. Estos restos humanos se unen al selecto y escaso conjunto de restos humanos prehistóricos conocidos anteriores a las primeras poblaciones ganaderas y agricultoras, con quienes los enterramientos y el ritual funerario asociado se generaliza. Estudios posteriores permitirán identificar el ADN de este individuo y su relación con otras poblaciones euro-asiáticas, y análisis isotópicos aportarán datos sobre la dieta de estas poblaciones.