Los humanos modernos y los neandertales han alcanzado una capacidad craneal parecida, pero también presentan diferencias en la morfología cerebral. Nuestra especie se caracteriza por una forma globular del cráneo, con abultamiento en la región parietal, mientras que, en los neandertales, es más típica una bóveda alargada con parietales anchos, cortos y planos. Se considera que la morfología de la bóveda craneal se debe, sobre todo, a cambios en los tejidos neuronales subyacentes. Los paleoneurólogos recurren a moldes de la cavidad interna del cráneo para hacer inferencias sobre la morfología general del cerebro. Estos moldes endocraneales son la única evidencia directa de cambios evolutivos en la morfología cerebral de las especies extintas. Sin embargo, las impresiones cerebrales de surcos y giros son difíciles de interpretar y, a menudo, se estudia la forma del neurocráneo en lugar de la forma del cerebro.
Un nuevo estudio publicado en la revista Journal of Human Evolution, liderado por Sofia Pereira Pedro y Emiliano Bruner, del grupo de Paleoneurología del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), en colaboración con el Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck de Alemania, analiza la forma general del endocráneo y de los lóbulos parietales en 52 humanos modernos y 8 neandertales. Este estudio usa un modelo geométrico tridimensional que combina información general de la forma endocraneal con datos más detallados de la disposición de los elementos anatómicos de la corteza parietal. A través de este modelo ha sido posible detectar diferencias en los lóbulos parietales entre las dos especies.
Los resultados demuestran que, en comparación con los neandertales, los humanos modernos tienen los lóbulos parietales más grandes y más abultados. En particular, dentro del lóbulo parietal, hay dos regiones que podrían estar más desarrolladas en nuestra especie. Una de ellas es la sección dorsal y posterior del lóbulo parietal superior y la otra es la zona lateral entre los dos giros del lóbulo parietal inferior y el surco intraparietal. La corteza parietal está involucrada en funciones de integración viso-espaciales como la elaboración de imágenes mentales, la manipulación de objetos o la coordinación entre mente, cuerpo y ambiente externo, fundamentales para la elaboración y utilización de herramientas.
Referencia:
Pereira Pedro, S. et al., 2020. A morphometric comparison of the parietal lobe in modern humans and Neanderthals. Journal of Human Evolution. DOI: https://doi.org/10.1016/j.jhevol.2020.102770