Un nuevo biocrón para los yacimientos más antiguos de la sierra de Atapuerca


By Nuria García / Universidad Complutense de Madrid - UCM

Los increíbles hallazgos de la última campaña de excavaciones en la sierra de Atapuerca, nos han regalado, una vez más, momentos únicos y fósiles extraordinarios. Los restos humanos son un indiscutible tesoro, pero para los paleontólogos no lo es menos, el contar con la oportunidad de reflexionar sobre los periodos en los que estos hallazgos se producen, y qué faunas los acompañan; hablo de la biocronología. En 2007 el eminente paleontólogo de mamíferos Ralf Dietrich Kahlke (Senckenberg Research Institute) propuso la existencia de un periodo temporal hace, 1,2 y 0,9 millones de años, que se caracterizó por un aumento de la inestabilidad climática y la convivencia de algunas especies concretas de mamíferos entre las que destacan una especie extinta de bisonte (Bison menneri) y otra especie, también extinta de ciervo (Eucladoceros giulii). La propuesta, basada en el abundante registro fósil de mamíferos del yacimiento de Untermassfeld (Turingia, Alemania), se presentó en una conferencia internacional (“18th International Senckenberg Conference: Late Neogene and Quaternary biodiversity and evolution: Regional developments and interregional correlations”) celebrada en 2004 en Weimar (Alemania). A esta reunión acudieron los paleontólogos más prestigiosos del continente (incluidos varios especialistas del Equipo de Investigación de Atapuerca). Kahlke propuso nombrar como Epivillafranquiense este nuevo periodo de la historia de la vida. Dieciocho años después de la reunión de Weimar, las excavaciones en la Sima del Elefante (sierra de Atapuerca) han proporcionado el resto humano más antiguo del continente, junto a fósiles de mamíferos que caracterizan al Epivillafranquiense. En este conjunto se incluye la asociación “Bison menneri – Eucladoceros giulii” antes mencionada, además de Ursus cf. dolinensis, cuya presencia en el yacimiento de Untermassfeld queda confirmada a partir de un estudio conjunto realizado con el Dr. Paul Mazza (Universidad de Florencia) y publicado este año. Estos datos, junto con los procedentes de la excavación de los niveles inferiores de la Gran Dolina (sierra de Atapuerca), que marcarían el final de este periodo, estudiados en conjunto, suponen una evidencia muy clara a favor de la propuesta realizada por Kahlke en 2007. En mi opinión, las evidencias de Atapuerca plantean un nuevo enfoque que permite incluir en el Epivillafranquiense a la especie de hominino representada en la Sima el Elefante y nos ayudarán a profundizar en el conocimiento de las condiciones ecológicas que rodean la dispersión de los primeros humanos en Europa.