Fernando Fueyo y el campo


By Juan Luis Arsuaga / vicepresidente de la Fundación Atapuerca

El gran artista Fernando Fueyo* tuvo una larga relación con Burgos y concretamente con Atapuerca porque pintó en muchas ocasiones nuestros paisajes y sus habitantes humanos, animales, vegetales y hasta diría que minerales. Ahí queda su obra para nuestro disfrute y el de las futuras generaciones por los siglos de los siglos.

A la hora de encabezar este recordatorio he dudado entre dos títulos: “Fernando Fueyo y la naturaleza” y “Fernando Fueyo y el campo”. Finalmente me decidido por el último porque me parece que describe mejor la personalidad artística de Fernando en relación con el paisaje, que lo abarca todo, lo vivo y lo pétreo, los pueblos y las ciudades.

A Fernando le interesaba la vida, desde luego, pero la vida real, la que nos rodea, no la vida idealizada a la que muchos se refieren como Naturaleza, con mayúscula en la inicial para darle más importancia. Los animales y las plantas que Fernando retrataba son nuestros convecinos del campo, no los habitantes de algún santuario remoto y cerrado al público. A Fernando le interesaba tanto el buitre que anida en el cortado como la lechuza del campanario de la iglesia, y tanto la nutria del río como la golondrina del alero. Pero no me estoy expresando bien. Lo que quiero decir es que a Fernando le interesaba la nutria del río que pasa junto al pueblo y el buitre que baja a comer la oveja o la vaca muerta en el muladar. Le gustaba pintar el roble o el haya del bosque, pero no más que el tejo del cementerio y la olma de la plaza del pueblo. Le gustaba retratar al lobo, pero no más que al pastor.

Con sus pinturas, Fernando dejó constancia de un mundo ahora vacío, sin habitantes humanos ya, que no es campo pero que tampoco es naturaleza. Por su edad Fernando había conocido un campo lleno de gente, y sentía nostalgia de aquel tiempo. Yo también lo conocí, y lo añoro igualmente, pero al menos nos quedan las estampas humildes, bellas y campesinas de Fernando Fueyo.

*Fernando Fueyo, uno de los más destacados ilustradores científicos de naturaleza de nuestro país, falleció el pasado 5 de enero a los 76 años.