Emiliano Aguirre: apasionado del dibujo


By Victoria Moreno/ Fundación Atapuerca

Hace escasamente un año nos dejó Emiliano Aguirre. El Periódico de Atapuerca de aquella fecha mostró un amplio monográfico del legado científico del padre de Atapuerca. Hoy, sin embargo, queremos acercarnos a su figura desde una esfera más íntima como remembranza de su primer aniversario.

La catalogación y análisis del Fondo Documental Emiliano Aguirre (FDEA) afianza y descubre nuevos aspectos del paleontólogo, como su gusto por el dibujo como herramienta científica.

Conservamos una narración en primera persona, cuando a sus 75 años rememoraba su niñez. Para Emiliano, el dibujo es un elemento evocador que le conecta con la figura paterna, de las noches que pasaba contemplando a su padre mientras dibujaba. De aquellas noches “me ha quedado un gusto por el dibujo”, recordaba.

Solo los más allegados a Emiliano conocían esta pasión. Esta faceta pasó casi desapercibida hasta que Javier Castellano, de la Asociación Cultural Bajo Jalón y actual presidente de la Fundación Paleontológica Emiliano Aguirre, impulsó la idea de publicar sus dibujos

En el año 2008 se editó Emiliano Aguirre Enríquez. Científico y artista. Este libro mostró por primera vez sus bocetos, principalmente estudios del natural fechados en los años sesenta que recogen, sobre todo, figuras humanas en movimiento, danzando y bailando con vestimentas étnicas de diferentes países a los que Aguirre viajó.

El avance en la catalogación del FDEA ha permitido sacar a la luz un cuaderno de dibujos de aves con anotaciones sobre su anatomía y fisiología. El cuaderno lo empezó cuando tenía veintiocho años y era estudiante de cuarto curso de Ciencias Naturales. En estas páginas desfilan dibujos y notas para interpretar el mundo de las aves en general y de cada ejemplar en particular: el halcón, el trogón, el picogordo común, el aguilucho lagunero, el chajá, la corneja cenicienta y un impresionante boceto del ave del paraíso.

Mauricio Antón, ilustrador y artista paleontológico, en el mencionado libro de 2008, señaló que el significado de los dibujos de Emiliano iba más allá de lo anecdótico. Sus dibujos señalan rasgos esenciales de su personalidad creativa. No son fruto de la casualidad, sino de la observación, la capacidad de síntesis y de una considerable disciplina. Las virtudes que ejercitaba en estos bocetos son perfectamente aplicables tanto al arte como a la ciencia. “Para Emiliano, el dibujo del natural funciona como una herramienta más en su continuo empeño de aprehender el mundo, de interpretarlo en términos fieles y coherentes”. Y lo dice Mauricio Antón, que de ilustraciones científicas y paleontología sabe un rato.