Stefania Titton (Universidad Rovira i Virgili, URV - Instituto Catalán de Paleocología Humana y Evolución Social, IPHES) leyó su tesis doctoral el pasado 8 de enero. El trabajo, titulado “Lithic assemblage, percussive technologies and behavior at the Oldowan site of Barranco León”, ha sido dirigido por las investigadoras del IPHES Deborah Barsky y Amèlia Bargalló. La investigación de la ya doctora Titton ha sido subvencionada por diversos proyectos ministeriales y autonómicos, y también ha contado con el apoyo de una beca de la Provincia Autónoma de Bolzano (Italia).
El objetivo del trabajo, tras inventariar los restos arqueopaleontológicos, fue analizar y presentar por vez primera la totalidad de la industria lítica del yacimiento de Barranco León (Orce, Granada), uno de los más antiguos y más importantes de Europa, con 1,4 millones de años y un conjunto industrial compuesto por 2.448 artefactos de sílex y caliza, asociado a restos faunísticos y a un fragmento de diente atribuido a Homo sp.
Gracias a este estudio, en combinación con los trabajos geológicos, tafonómicos y espaciales, se ha podido ofrecer una nueva interpretación del yacimiento como una secuencia deposicional múltiple, entre la que destaca la ocupación por un grupo de homininos que seleccionaron de modo diferencial el sílex para tallar lascas con filos cortantes y la caliza destinada a actividades de percusión, incluyendo también configurados como poliedros, esferoides y grandes raederas, denominadas “heavy-duty scrapers”, usando métodos de talla como son la percusión a mano alzada y la técnica bipolar sobre yunque.
En esta tesis, el programa experimental aplicado combinado con los test estadísticos sobre medidas de imágenes 3D han resultado fundamentales para la identificación de las trazas de percusión en los esferoides y poliedros de caliza y para la comprensión del método de elaboración de las grandes raederas. Ambos tipos de instrumentos son extremadamente significativos, ya que se trata de útiles muy arcaicos de tradición africana, ausentes en el registro europeo. Su análisis y comparación ha permitido a la ya doctora concluir que la industria de Barranco León, aunque arcaica, contiene un alto índice de variabilidad y de complejidad cognitiva. Por todo ello, la tesis atribuye a este conjunto industrial una posición más evolucionada que el Olduvaiense clásico africano, identificando así por primera vez un Olduvaiense tardío en Europa.
El tribunal estuvo formado por la profesora Erella Hovers (Universidad Hebrea de Jerusalén), el doctor Xosé Pedro Rodríguez (IPHES) y el profesor Ignacio de la Torre (Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC) y obtuvo la calificación de excelente.
Stefania Titton, en un momento de la presentación de su tesis doctoral. Foto: María D. Guillén
Igualmente, María Fernanda Martínez Polanco (Universidad Rovira i Virgili, URV) presentó el pasado 14 de enero su tesis doctoral titulada “Much more than meat alone: The role of cervids in Pre-Columbian subsistence strategies in Panama”, dirigida por el profesor de investigación ICREA en el IPHES Florent Rivals. El trabajo fue realizado con el soporte de una beca del Doctorado Internacional en Cuaternario y Prehistoria (IDQP) y utilizando materiales del Smithsonian Tropical Research Institute de Panamá.
El objetivo de esta tesis fue estudiar la selección en la cacería del ciervo de cola blanca (Odocoileus virginianus) y del ciervo enano (Mazama sp.) como estrategias de subsistencia en el Panamá Prehispánico, desde el periodo Precerámico hasta la fase de diferenciación social en tres yacimientos de la Bahía de Cerro Mangote (con una antigüedad de entre 7.800 y 4.600 años), Sitio Sierra (de entre 2.200 años y 500 años) y Cerro Juan Díaz (de entre 300 años y 1.600 años), así como en el Archipiélago de las Perlas (Playa don Bernardo, con una datación de entre 6.200 y 5.600 años). Con el fin de entender mejor la relación entre los ciervos y los grupos humanos se propuso una metodología multriproxy que incluyó zooarqueología, tafonomía, microdesgaste y mesodesgaste dental, análisis de isotópos estables y morfometría geométrica.
El trabajo determina que la llegada de las comunidades humanas a la isla produjo impactos irreversibles en la fauna local, entre ellos la extinción del ciervo enano, hace entre 5.700 y 2.300 años. Además, identifica en qué yacimientos el ciervo de cola blanca fue objeto de actividades rituales o de manufactura de artefactos y ornamentos. Finalmente, la investigación concluye que el registro zooarqueológico de la zona no evidencia que los grupos humanos dependieran del consumo de los ciervos para sobrevivir, ya que estos grupos tenían unas dietas de amplio espectro que favoreció la conservación del ciervo de cola blanca hasta nuestros días.
El tribunal de la tesis, que obtuvo la calificación de excelente cum laude, estuvo formado por Ruth Blasco (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, CENIEH), Xosé Pedro Rodríguez (IPHES), Naomi Sykes (Universidad de Exeter, Reino Unido), Juan Guillermo Martín Rincón (Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia), Thomas Ingicco (Museo Nacional de Historia Natural de París, Francia), María Saña (Universidad Autónoma de Barcelona, España) y José Iriarte (Universidad de Exeter, Reino Unido).
María Fernanda Martínez, durante la defensa de su trabajo doctoral. Foto: María D. Guillén