Mucho trabajo por delante


¿Queda mucho aún por descubrir en Atapuerca? Esta es, quizá, la pregunta que más repiten las decenas de miles de visitantes que cada año acuden a encontrarse con los yacimientos de la sierra de Atapuerca y a escuchar, en la voz de sus magníficos guías, la historia de más de 40 años de descubrimientos extraordinarios. Este es un lugar asombroso en el panorama de la Prehistoria mundial, pues no hay ningún sitio en el planeta que atesore tanta información sobre este periodo, incluyendo los vestigios de todas las especies humanas que habitaron un continente a lo largo de su historia. No menos singular es el hecho de que es el único conjunto de yacimientos que viene siendo excavado de manera ininterrumpida a lo largo de cuatro décadas. Por eso, es razonable preguntarse si no habrá pasado ya la edad dorada y si en el horizonte se comienza a atisbar ya el final de las excavaciones y de los descubrimientos extraordinarios. Cuando las personas que acuden a Atapuerca descubren la magnitud de sitios como Gran Dolina, Galería o la Sima del Elefante, en donde quedan miles de metros cúbicos aún por excavar, toman conciencia de que todavía restan muchas, muchas décadas de trabajo en la Sierra. Pero hay otros yacimientos, cuyo futuro no está a la vista de los visitantes.

La Sima de los Huesos es uno de los más famosos del mundo. Hasta la fecha, se ha recuperado allí la mayor colección de fósiles humanos de la tierra. Datados en alrededor de 450.000 años, corresponden a adultos y adolescentes de ambos sexos cuyos esqueletos se conservan completos, aunque muy fragmentados. El estudio de estos restos ha proporcionado una información valiosísima sobre la evolución humana durante el periodo denominado Pleistoceno medio, que fue cuando se forjaron los linajes de los neandertales y de nuestra propia especie. La naturaleza irregular del estrato que contiene los fósiles humanos hace que estos aparezcan de forma intermitente. A veces, se encuentran en grandes acumulaciones, como fue el caso de los descubrimientos de los que hoy constituyen las joyas del Museo de la Evolución Humana: Miguelón, Agamenón, Elvis y Excalibur. En otras ocasiones, se hallan dispersos: dientes, diminutos trozos de cráneo o pequeñas falanges de mano y de pie. Una de las tareas más complejas que realiza el Equipo de Investigación de Atapuerca, durante los meses en los que no se excava, es la de ir conectando los pequeños fragmentos y dientes aislados con otras piezas de mayor tamaño. De este modo, pacientemente, se están reconstruyendo, entre otros restos importantes, 17 cráneos humanos que un día podrán contemplarse como la mayor colección de cráneos fósiles del mundo en las vitrinas del Museo de la Evolución Humana.

A medida que se van recuperando y reconstruyendo los vestigios humanos de la Sima de los Huesos, se realizan todo tipo de investigaciones sobre ellos, y la primera pregunta a responder es la de cuántos individuos están representados en la colección. Es evidente que si se conservan 17 cráneos, hay incluidos, al menos, ese mismo número de sujetos. La estimación no solo se realiza contando cráneos, sino que se lleva a cabo con todas las regiones del esqueleto, especialmente con la dentición, por ser la región que mejor se conserva y también la que da una idea más ajustada de la suma de seres. Esta labor la lleva a cabo el equipo de antropología dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), liderado por José María Bermúdez de Castro, que, en el año 2003, situó dicho número en al menos 28. Sin embargo, las estimaciones realizadas con otras regiones del esqueleto (como el cráneo, la mandíbula, la pelvis o los huesos de brazos y piernas) indican que solo hay un máximo de 21 individuos representados.

Este desfase entre las valoraciones realizadas por la dentición y por el resto del esqueleto planteaba una disyuntiva al equipo. Podría ocurrir que el cálculo ejecutado con los dientes sobreestimara el número de individuos acumulados en la Sima de los Huesos y que realmente solo hubiera 21 esqueletos enterrados entre sus sedimentos. En este caso, la mayor parte del trabajo en este yacimiento ya estaría realizado y solo restaría ir recuperando los fragmentos que aún quedarían por encontrar de estos ejemplares; una tarea que podría requerir un par de décadas de excavación. Sin embargo, si la apreciación de la cantidad de sujetos obtenida por la dentición es correcta, la consecuencia inmediata sería que aún quedasen en este lugar al menos seis esqueletos de los que no se habría encontrado todavía más que alguno de sus dientes aislados. En este caso, el final de la excavación en la Sima de los Huesos aún quedaría muy lejos.

Como en los 16 años transcurridos desde la estimación realizada en 2003 hasta la campaña de 2019 se habían recuperado decenas de nuevos dientes fósiles, se decidió realizar otra evaluación contando con estas nuevas piezas. El resultado ha sido publicado recientemente (ver la noticia en la página 8) y ha arrojado una conclusión inesperada: se ha establecido fehacientemente que el número de individuos representado en la Sima de los Huesos es de 29, uno más que en la estimación de 2003. Esta conclusión indica que aún quedan al menos 7 esqueletos por encontrar, incluyendo el de un menor de 6 años, y, por lo tanto muchos descubrimientos por realizar en la Sima de los Huesos.

A esta noticia hay que añadir las procedentes de las conclusiones de la campaña de 2020. En los dos nuevos yacimientos de la Sierra, Cueva Fantasma y Estatuas Exterior, se ha confirmado la existencia de importantes acumulaciones de fauna e industria lítica del Pleistoceno superior, la época de los neandertales. Además, los resultados de las prospecciones realizadas en ambos lugares confirman la existencia de muchos metros de sedimento por debajo del nivel actual de excavación, lo que indica que se trata de grandes yacimientos que contienen una larga secuencia de sedimentos, incluyendo niveles de una gran antigüedad. Los resultados obtenidos en Cueva Fantasma y Estatuas Exterior auguran muchas décadas de excavaciones e investigaciones muy fructíferas en los dos sitios. Excavaciones en las que participarán especialistas que aún no han nacido. Por otra parte, el equipo que lleva profundizando más de 25 años en los niveles superiores de Gran Dolina ya está muy cerca del techo de TD6 en algunos sectores, por lo que su excavación en extensión podrá comenzar muy pronto. El nivel TD6 es donde se han hallado, en áreas muy reducidas, los fósiles de Homo antecessor, y se sabe que cientos de nuevos fósiles humanos de esta especie aguardan allí a ser descubiertos.

Hay otro aspecto que también hace única la historia de la sierra de Atapuerca, algo que está en la base de su actual éxito y que garantiza su brillante futuro. Se trata de la extraordinaria complicidad y la sinergia desarrollada entre los investigadores, la sociedad civil burgalesa y las autoridades de la Junta de Castilla y León. Ha sido esta ejemplar colaboración la que ha dado lugar al “fenómeno Atapuerca”, una auténtica referencia mundial en el ámbito de la gestión del patrimonio científico y cultural de una región.

Por todo ello, el futuro de las excavaciones es muy prometedor y aún queda mucho trabajo por realizar. Pero, seguramente, la noticia más halagüeña para dicho futuro es su extraordinario plantel de jóvenes investigadoras e investigadores, cuyos trabajos ocupan, desde hace ya algunos años, las páginas de las más importantes revistas científicas internacionales del campo de la evolución humana. No hay en el mundo yacimientos como los de Atapuerca, pero tampoco hay ningún otro equipo en el panorama internacional con tanto talento joven y tanto futuro. Podemos estar legítimamente orgullosos de ellas y ellos; sus éxitos también son los nuestros.