La violencia interpersonal siempre ha caracterizado a nuestra especie, e incluso a otras de homínidos anteriores, pero es a partir del periodo Neolítico cuando se documenta un aumento exponencial de este tipo de evidencias en el registro arqueológico. En el yacimiento de Cova Foradada (Calafell, Tarragona) se encontró un cráneo con signos de violencia interpersonal. Se trata de un traumatismo perimortem localizado en el parietal derecho, cuyo estudio ha permitido además identificar el tipo de objeto utilizado y, por tanto, reconstruir cómo se produjo su muerte. El análisis del patrón de fractura indica un golpe contundente con un filo recto y afilado. Una azuela de piedra pulimentada sería el arma homicida más probable, de acuerdo con los caracteres morfológicos y biomecánicos de la fractura. El golpe se produjo desde la espalda del individuo, posiblemente por parte de un atacante diestro. El cráneo pertenece a un enterramiento colectivo datado en el Neolítico final – Calcolítico (entre 5.060 y 4.400 años antes del presente), y se trata de un sujeto masculino, mayor de 50 años, que además presenta otras lesiones antemortem curadas. Este estudio será publicado en la revista International Journal of Paleopathology, incluyendo tanto el análisis e interpretación del traumatismo, como una comparación entre distintos objetos utilizados como armas durante el Neolítico y Calcolítico.