Los huesos craneales están compuestos por dos capas compactas (externa e interna) separadas por el tejido óseo esponjoso llamado diploe. En este lugar, los canales diploicos constituyen pasajes óseos de las venas que están interconectadas a través de una red de microscópicos canales. Estos conductos carecen de válvula, facilitando el flujo sanguíneo entre las estructuras vasculares endocraneales y ectocraneales.
En un reciente estudio publicado en American Journal of Physical Anthropology se utilizó tomografía computarizada para explorar los cambios ontogénicos en los canales diploicos en una muestra de cráneos humanos de individuos desde un año de edad hasta la adultez. Fueron reconstruidos en 3D como modelos virtuales de las venas que una vez existieron allí. En estos modelos 3D se midió el diámetro de las venas, la longitud y el volumen. Los resultados muestran cambios progresivos, pero no lineales a lo largo del desarrollo humano, principalmente durante la etapa infantil y juvenil, siendo más complejos con la edad adulta. Estos canales están presentes de igual forma a ambos lados del cráneo en los huesos frontal, parietal y occipital. Sin embargo, en la zona parietal tienen un mayor tamaño y volumen, mayormente en los adultos.
El interés por las venas diploicas va más allá de la evolución humana, ya que tiene valiosas implicaciones médicas y neuroanatómicas. Asimismo, es posible que todo este sistema vascular cumpla un importante rol en el control de la presión y de la temperatura de nuestro cerebro, pero esas hipótesis todavía necesitan ser testadas.
Referencia:
Rangel-de Lázaro G., et al,. 2020. Ontogenetic changes of diploic channels in modern humans. American Journal of Physical Anthropology DOI: https://doi.org/10.1002/ajpa.24085