En memoria del espeleólogo Juan Carlos García Cuartango


Por ?Ana Isabel Ortega / Beneficiaria de una ayuda de investigación de la Fundación Atapuerca y Miguel Ángel Martín

Juan Carlos García Cuartango (Miranda de Ebro, Burgos, 1960 - Madrid, 2022) falleció el 29 de enero en su domicilio de Madrid. Juan Carlos fue ingeniero de telecomunicaciones, consultor y experto en seguridad informática, en cuyos campos destacó profesionalmente. De hecho, a finales de la década de los 90, adquirió gran notoriedad cuando descubrió un primer fallo de seguridad en Microsoft, al que bautizó como “El agujero de Cuartango”. Su forma de actuar, tanto en ese como en otros casos, era ponerlo en comunicación de las grandes empresas afectadas.

Desde su niñez hasta su adolescencia residió en Burgos, y en 1973, siendo apenas un adolescente, se vinculó al Grupo Espeleológico Edelweiss (GEE). Aunque el domicilio familiar pronto se trasladó a Madrid, nunca perdió el contacto con el GEE y durante sus vacaciones solía volver a Burgos para seguir colaborando. En 1976 participó en la campaña de excavación que Trinidad de Torres organizó en la sierra de Atapuerca, en el transcurso de la cual aparecieron los primeros restos humanos de la Sima de los Huesos de Cueva Mayor. Dado que él era uno de los espeleólogos presentes en el equipo de Trino Torres, fue una de las cuatro personas que estuvieron destinadas en la Sima de los Huesos, bajo la dirección de Carlos Puch.

Él mismo narraba, en 2001, en un sencillo artículo de contenido histórico bajo el título “El descubrimiento de la mandíbula del Hombre de Atapuerca. Mis dos mandíbulas de Atapuerca” (Cubía, 3, 54-57), sus vivencias en aquella campaña de agosto de 1976 y, en concreto, sobre la aparición de la primera mandíbula humana AT-1. Más recientemente, en el Periódico de Atapuerca nº 59 (https://acortar.link/B1q3A1) en su página 10, también insertó otra pequeña colaboración sobre el mismo tema bajo el título: “Welcome to the Hotel Tomillares. Su interés por las cuevas hizo que estuviera en el sitio elegido por el destino en el descubrimiento de los primeros fósiles de los homínidos de la Sima de los Huesos y de la sierra de Atapuerca.

Desgraciadamente, ese mismo destino se lo acaba de llevar cuando, con su reciente prejubilación, iba a volver a vivir a Burgos y lleno de ilusión estábamos haciendo planes de colaboración en el mundo de las cuevas.

Juan Carlos, descansa en paz.