¿Qué nos cuentan los dientes humanos de la Sima de los Huesos?


Por José María Bermúdez de Castro / CENIEH

Los hallazgos en el yacimiento de la Sima de los Huesos, situado en la Cueva Mayor de la sierra de Atapuerca, fueron decisivos para un proyecto que, en 2022, cumple 44 años de existencia. Antes de 1976 se intuían las posibilidades arqueológicas de los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril, pero el detonante definitivo estaba escondido a 40 metros de profundidad. El investigador Trinidad de Torres dio con él y se produjo la Gran Explosión. Los primeros fósiles humanos hallados por de Torres en la Sima de los Huesos eran muy prometedores; quizá los más antiguos encontrados hasta entonces en la península ibérica. Muchos años después se ha confirmado que aquellos restos humanos estuvieron protegidos durante más de 400.000 años bajo un espeleotema de carbonato cálcico en las profundidades de la Cueva Mayor. Aquella protección no fue obstáculo para que los buscadores de tesoros de las cuevas destrozaran una parte del yacimiento y se llevaran por delante parte de la treintena de esqueletos fosilizados. Una pérdida irreparable.

Los sedimentos alterados y trufados de fragmentos de fósiles de oso (Ursus deningeri), leones (Panthera leo), linces (Lynx pardina) y otras especies se extrajeron durante varios años en condiciones muy precarias. Las mochilas que sacábamos cada día de la Sima de los Huesos también contenían restos humanos. Eso nos dio fuerza para terminar el trabajo más penoso. Pero las alegrías llegaron con la noticia de que la mayor parte del yacimiento seguía estando tal y como se había ido formando. Tras la campaña de 2019 —en 2020 y 2021 la pandemia de la Covid-19 no permitió las excavaciones en un lugar de dimensiones muy reducidas—, se podían contabilizar más de 7.700 restos fósiles humanos de 29 individuos, la mayoría adolescentes y adultos jóvenes. El estudio de todas las partes esqueléticas conservadas llegó a la misma conclusión: estábamos ante los humanos que precedieron a los neandertales clásicos que vivieron en Eurasia hasta hace unos 40.000 años. Ahora sabemos que las raíces de Homo neanderthalensis se hunden en las profundidades del Pleistoceno medio, quizá más allá del medio millón de años antes del presente. El hallazgo de ADN mitocondrial y nuclear, milagrosamente preservado en los fósiles humanos, concuerda perfectamente con los estudios anatómicos. Una historia apasionante.

La literatura científica cuenta ya con un número importante de publicaciones sobre los restos humanos de la Sima de los Huesos, que han cambiado el paradigma sobre la evolución humana en Europa durante el Pleistoceno medio. En 2019, los responsables de la revista norteamericana The Anatomical Record (editorial John Wiley & Sons) nos visitaron durante la campaña de excavación y tuvieron una entrevista con Juan Luis Arsuaga, que dirige la excavación en la Sima de los Huesos. Propusieron la publicación de un volumen monográfico sobre todo lo que hasta el momento se conoce sobre este yacimiento. Por supuesto, el estudio de los restos humanos sería esencial en este proyecto. Entre los capítulos que podían escribirse, dos de ellos podían dedicarse a los aproximadamente 700 dientes con los que cuenta la colección. Como curiosidad, comentaré que si únicamente se hubieran encontrado dientes en la Sima de los Huesos y el yacimiento no se hubiera podido datar habríamos concluido que estábamos ante una población de neandertales clásicos, tal vez no más antiguos de 150.000 años. Pero los cráneos, mandíbulas y otros restos esqueléticos sugieren otro escenario, tal y como comenté más arriba. Y esta conclusión es muy interesante y sugerente.

Desde hace muchos años, los expertos saben que las especies más complejas no suelen evolucionar como un todo. Sus diferentes partes tienen ritmos evolutivos diferentes, tal vez como consecuencia de las presiones selectivas que operan sobre los distintos elementos anatómicos que conforman a los individuos de esas especies. Es lo que técnicamente se denomina evolución en mosaico. Los dientes encontrados en la Sima de los Huesos no solamente son relativamente pequeños con respecto a otros fósiles del Pleistoceno medio, sino que su morfología es muy similar a la de los neandertales clásicos. Mientras, la morfología de otras partes esqueléticas aún puede distinguirse sin problema de la de estos. En los dos artículos, publicados online a finales de 2021 en The Anatomical Record, se ofrece una ficha completa de cada clase de diente, junto a imágenes que ilustran su morfología.

Referencias:

Bermúdez de Castro J.M., et al., 2022. Dental remains of the Middle Pleistocene hominins from the Sima de los Huesos site (Sierra de Atapuerca, Spain): Maxillary dentition. The Anatomical Record. DOI: https://doi.org/10.1002/ar.24841

Bermúdez de Castro J.M., et al., 2022. Dental remains of the Middle Pleistocene hominins from the Sima de los Huesos site (Sierra de Atapuerca, Spain): Mandibular dentition. The Anatomical Record. https://doi.org/10.1002/ar.24840