La agricultura y la ganadería cambiaron el rumbo de la historia de la humanidad
Ficha técnica
Situación: Cueva Mayor, sierra de Atapuerca
Antigüedad: Finales del Pleistoceno superior y todo el Holoceno (aprox. 40.000 años-actualidad)
Materias primas o tipo de herramientas: industria ósea, lítica, metálica y cerámica
Restos humanos: Homo sapiens. Enterramientos al menos desde el Neolítico hasta finales de la Edad del Bronce
Descripción: El Portalón de Cueva Mayor es la entrada actual al sistema kárstico de la sierra de Atapuerca y contiene un excepcional yacimiento del período que conocemos como prehistoria reciente (los últimos 10.000 años). Se comenzó a excavar en el año 2000 y se ha puesto de manifiesto una importante secuencia estratigráfica antes desconocida, con niveles arqueológicos de todas las fases culturales de este periodo: Neolítico, Calcolítico, Edad de Bronce, Edad del Hierro y esporádicas ocupaciones tardorromanas y de la Edad Media. Por su variedad, calidad, cantidad y buena conservación el registro arqueo-paleontológico de El Portalón es de excepcional importancia y está proporcionando información muy relevante sobre todas estas fases de nuestra evolución.
PASADO, PRESENTE Y FUTURO…
En este yacimiento registramos esta fase crucial de nuestra prehistoria
El Portalón es un yacimiento fascinante, y la abundancia, riqueza y variedad de materiales recuperados es indicativa de la diversidad de actividades y acontecimientos que se desarrollaron en este excepcional yacimiento durante toda la prehistoria reciente. Desde que nuestro equipo comenzó su excavación y estudio, hemos sido protagonistas y testigos de su crecimiento, y lo hemos visto convertirse en un importante yacimiento para los estudios sobre el Holoceno de la península ibérica. Ocupaciones muy intensas durante la Edad del Bronce documentadas por miles de fragmentos de recipientes cerámicos, algunos decorados con gran esmero y muy probablemente de prestigio o relacionados con rituales; decenas de piezas fabricadas en hueso, asta o marfil, tanto de uso doméstico como de adorno personal o ritual. Enterramientos y rituales en los inicios del Calcolítico cuando el Portalón fue utilizado como un auténtico “Santuario” en el que los humanos reorganizaron el espacio formando una estructura tumular en la que depositaban los cadáveres de sus muertos junto a objetos rituales. Estructuras habitacionales y suelos activos de gran calidad durante el Neolítico sobre los que han aparecido hogueras, materiales líticos y cerámicos muy típicos de este periodo, así como abundante fauna doméstica y salvaje, como es el caso del Uro y los caballos. Los análisis de ADN antiguo y otras técnicas moleculares aplicadas al registro arqueo-paleontológico son hoy día claves en las investigaciones sobre el Holoceno. Gracias al Portalón, hemos podido contribuir significativamente a muchas de las discusiones más relevantes que sobre el origen de la agricultura, la domesticación animal y las adaptaciones y migraciones humanas de esta fase clave de nuestra historia se están realizando a nivel mundial.
Veintidós años es mucho tiempo y han sido y son muchas las personas e instituciones implicadas que han contribuido de una u otra forma al éxito de este yacimiento. Es sencillamente imposible citarlos a todos, pero ellos saben quiénes son y esperamos que se den por aludidos. Nuestro más sincero agradecimiento a los codirectores y todos los compañeros del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) y del proyecto Atapuerca, a la Fundación Atapuerca, a Madrid Scientific Films y al Grupo Espeleológico Edelweiss de Burgos. Y por supuesto, nuestro más sincero reconocimiento a todos los colegas que formaron parte del equipo en el pasado, así como a todos los estudiantes de Licenciatura, Grado o Máster que durante estas dos décadas han excavado con nosotros contribuyendo con su esfuerzo, animosidad, seriedad en el trabajo y cariño, a que hayamos llegado hasta aquí.
Pero sería imposible finalizar esta nota sin tener un recuerdo muy especial para nuestra querida Gema Adán Álvarez. La naturaleza nos la arrebató hace ahora un año y la echamos de menos. Ella quiso compartir con nosotros su sabiduría, ayudándonos durante muchos años en la excavación y el estudio de los materiales arqueológicos, especialmente de la industria en hueso, en la que era una reconocidísima especialista. Y que vamos a decir de su gran amistad, cariño, buen humor y optimismo. Fuimos y seremos siempre sus guajes; ¡Va por ti Gema!, ¡cago mi manto!
Ahora, es nuestro deseo, y deber, seguir creciendo.