Uno de los fósiles más evocadores que puede brindarnos la paleontología son las huellas, técnicamente denominadas icnitas. Las improntas de pies descalzos de los homínidos del pasado permiten observar algo que el registro fósil suele arrebatarnos, un atisbo de los tejidos blandos de las personas que vivieron. Recientemente fue localizada, en la costa del Espacio Natural de Doñana (Huelva), una superficie repleta de huellas de animales y personas que deambularon por esa región en tiempos prehistóricos. El problema de las icnitas es que suele ser compleja su datación, ya que lo que se conserva son los negativos de una actividad, y no restos directos. Aun así, la destreza de los investigadores ha dado con la clave. Cuando las huellas fueron descubiertas, se realizó la datación de una duna que cubría la superficie, lo cual, podría aportar una edad mínima al depósito que las contenía. Esta datación arrojó una antigüedad de 106.000 años (Pleistoceno superior) y, por tanto, esas huellas solo podían haberlas producido quienes habitaban en esa región: los neandertales.
En el pasado mes de octubre fueron publicadas en la revista Scientific Reports nuevas dataciones. En este trabajo, liderado por Eduardo Mayoral, en el que ha colaborado el miembro del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) Asier Gómez Olivenza, se han datado otras dunas situadas por encima de las icnitas, además de la propia superficie que contenía las huellas. El método empleado para conocer la antigüedad de los minerales de ese sedimento ha sido la Luminiscencia Estimulada Ópticamente (OSL), que permite fechar el momento en que los granos minerales dejan de recibir los rayos del sol o, dicho en otras palabras, cuándo quedan enterrados para siempre. Los resultados han arrojado una edad de casi 300.000 años de antigüedad, lo que correspondería al Pleistoceno medio. Para esta cronología, tenemos que acudir al registro fósil y ver quiénes han podido ser los responsables de estas improntas. En este periodo el registro de icnitas es muy escaso ya que sólo cuatro yacimientos han proporcionado huellas. El yacimiento que contiene la mayor colección de fósiles humanos del Pleistoceno medio se encuentra en los yacimientos de la sierra de Atapuerca, y es conocido como la Sima de los Huesos. Estos homininos se encuentran en el linaje neandertal y podrían ser considerados precursores de los neandertales. Aunque no es posible saber con exactitud qué especie humana dejó grabados sus pies descalzos en las costas de Huelva, es sin duda un gran descubrimiento saber que un día anduvieron por esta región.