Descubierto el origen de todos los caballos domésticos modernos


Por Jaime Lira / Universidad de Extremadura -Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos

La historia reciente de la humanidad es una epopeya de viajes, alianzas, surgimiento de imperios, pasiones, traiciones y conflictos bélicos, y esta historia se ha hecho a lomos de un caballo. Este animal ha jugado un papel tan importante en el desarrollo de las sociedades humanas, que a lo largo de su historia doméstica hemos generado unas 600 razas destinadas a distintas labores. En su conjunto, en torno al 14 % de todas las razas de mamíferos del mundo, son de caballos.

Un estudio publicado en octubre en la prestigiosa revista Nature ha resuelto una de las grandes incógnitas que rodeaban al origen de los caballos domésticos modernos: el momento y el lugar de su domesticación. Todos los caballos domésticos modernos, de todas las razas que conocemos y con todas sus diferencias morfológicas, proceden de una población inicial que se domesticó hace unos 4.000 años en la región de la cuenca baja de los ríos Don y Volga, en las estepas al norte del Cáucaso. Para llegar a esta conclusión, ha sido necesario analizar los genomas de 273 caballos antiguos repartidos por toda Eurasia, abarcando un intervalo temporal desde hace unos 50.000 años hasta el 200 a. C. Además, esta información se ha combinado con estudios arqueológicos y lingüísticos, ofreciendo uno de los ejemplos más impactantes del poder de resolución que tienen los estudios multidisciplinares. Este trabajo lo han realizado 162 investigadores de más de 100 instituciones internacionales, dirigidos por el paleogenetista Ludovic Orlando (Centro de Antropobiología y Genómica de Toulouse – CAGT, Francia - Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia - CNRS, Francia) y financiados bajo el marco principal de los proyectos del Consejo Europeo de Investigación (ERC) “PEGASUS” y France Genomique Bucéphale.

Entre los principales resultados se han caracterizado los grandes grupos genómicos en las poblaciones de caballos euroasiáticos. Además, se ha podido observar que uno de estos grupos (el de la región al norte del Cáucaso) empezó a colonizar nuevos territorios. Su avance fue rápido, y hace unos 3.000 años, se había extendido por toda Eurasia, desde la fachada atlántica hasta Mongolia, reemplazando en este avance a las poblaciones de caballos locales.

Este éxito está asociado a una serie de novedades genéticas de este nuevo tipo de caballo que, en cambio, no se encontraban en las poblaciones de caballos a las que reemplazaron. Este grupo se caracterizaba por ser más dócil, más tolerante al estrés y por tener una mayor robustez en el esqueleto vertebral. Estas características fueron potenciadas por los antiguos criadores de caballos, que generaron una explosión demográfica sin precedentes en aquella época, en un momento en el que empezaron a generalizarse los viajes a caballo por Eurasia y, por lo tanto, en respuesta a una demanda cada vez más creciente de este animal.

Además, se ha podido observar que su expansión por Asia coincide con la aparición de los carros ligeros en el continente y con la difusión de las lenguas indoiranias. Sin embargo, esta circunstancia no encuentra su reflejo en Europa. Los primeros registros de su presencia en distintos yacimientos europeos son anteriores a la aparición del carro ligero por lo que, tuvo que estar asociada al uso de caballo como montura, mientras que el carro ligero aparecería como una innovación tecnológica posterior. Además, se había propuesto que la introducción de las lenguas indoeuropeas en Europa, catalizadas por las migraciones masivas de las gentes de la cultura pastoralista Yamnaya durante el III milenio a. C. y procedentes de las estepas póntico-caspias, habían tenido al caballo como motor de su difusión. Los análisis genómicos de los caballos europeos anteriores y posteriores a la entrada de los Yamnaya ha permitido descartar esta idea y sugerir que las lenguas indoeuropeas no viajaron a caballo.

Sin duda, este animal contribuyó a la génesis de las poblaciones euroasiáticas. Los estudios de la cultura material lo han demostrado durante décadas. Las nuevas herramientas moleculares, en combinación con las de otras disciplinas, nos están permitiendo redescubrir un pasado mucho más complejo de lo que nos habíamos imaginado, tanto en el plano de los estudios de las sociedades humanas como en el de los animales que domesticaron. Además, estos nuevos estudios están poniendo de manifiesto la necesidad de diseñar nuestros estudios bajo un enfoque multidisciplinar. Nos quedan muchas cosas por descubrir y muchas historias que contar.

Referencia:

Librado, P. et al., 2021. The origins and spread of domestic horses from the Western Eurasian steppes. Nature 598 (7882), 634-640. DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-021-04018-9