Las excavaciones en dos nuevos escenarios prometedores en Atapuerca (Burgos) y en el valle del Rift (Eritrea), pueden llegar a cambiar el mapa mundial de la evolución humana: la Cueva del Fantasma y la depresión del Danakil, respectivamente. Pese a que en ninguno de los dos lugares han comenzado las excavaciones de manera sistemática, ya se han encontrado piezas que certifican su riqueza científica.
La Cueva del Fantasma ya ha proporcionado un resto humano sin ni siquiera haberse comenzado a excavar. En la campaña de este año se ha preparado el yacimiento y limpiado de escombros, y se han tomado muestras para datar los sedimentos de los niveles superiores.
Durante las labores de preparación arqueológica del sitio, el arqueólogo Josep Vallverdú, miembro desde hace décadas del Equipo de Investigación de Atapuerca (EIA) e investigador del Instituto de Paleoecología y Evolución Social (IPHES) de Tarragona, detectó la presencia de un resto óseo en los sedimentos susceptible de pertenecer al cráneo de un homínido. Así lo confirmó finalmente Ana Gracia, paleoantropóloga del EIA vinculada desde 1986 a las investigaciones del yacimiento de la Sima de los Huesos e investigadora del Centro Mixto UCM-ISCIII. El hallazgo, un gran fragmento de parietal humano del lado derecho, puede pertenecer al Pleistoceno medio por su contexto arqueológico y paleontológico (los restos de microfauna y la industria lítica asociada sugieren la presencia de homínidos similares a los hallados en la Sima de los Huesos). Ahora queda pendiente la datación del nivel por métodos geocronológicos, para lo que se han tomado muestras de los sedimentos. La Cueva del Fantasma, que se sitúa a 20 metros por encima de la Trinchera del Ferrocarril que secciona la sierra de Atapuerca, estuvo abierta hace 400.000 años, y podría superar los 30 metros de ancho, con un relleno de sedimentos de más de 18 metros.
Este hallazgo confirma, una vez más, la enorme riqueza arqueo-paleontológica de la sierra de Atapuerca, y supone un espaldarazo para el Proyecto de Investigación iniciado hace 38 años en estos yacimientos, declarados Patrimonio de la Humanidad en el año 2000. En 2017 se acometerá un primer sondeo de seis metros cuadrados, y se completarán en detalle las dataciones de la Cueva. Los investigadores creen que podría ser la llave hacia el esperado hallazgo de presencia neandertal en la sierra de Atapuerca.
En cuanto al proyecto “Cuna de la Humanidad: Eritrea-Valle del Rift”, aborda uno de los retos más importantes de la Paleontología y Prehistoria españolas en el África oriental, cuna de la humanidad, en una zona poco conocida por la comunidad científica internacional. El pasado 25 de julio se firmó un convenio de colaboración entre las fundaciones Palarq y Atapuerca para la gestión de dicho proyecto científico por la Fundación Atapuerca. La zona de estudio está situada al sur de Eritrea, cerca de la frontera con Etiopía, a unos 25 km al sur del área en que un equipo italo-eritreo desarrolla el proyecto de Buia. El equipo hispano-eritreo a cargo del nuevo proyecto ya ha llevado a cabo cuatro campañas de trabajo de campo para localizar yacimientos arqueo-paleontológicos con materiales en contexto estratigráfico. Los primeros resultados del estudio geológico permiten identificar una secuencia estratigráfica de unos 300 metros de potencia.
Hasta ahora se han localizado en el entorno herramientas líticas y restos de fauna. Los instrumentos de piedra corresponden al Achelense y al Paleolítico medio y superior, pero también se han encontrado pequeñas lascas que podrían corresponder al Modo 1 u Olduvayense. En cuanto a la fauna, se han documentado numerosos fósiles de grandes vertebrados, muchos de ellos pertenecientes a especies del Pleistoceno inferior.
La Fundación Atapuerca gestionará este proyecto de la Fundación Palarq, con un presupuesto de 150.000 euros durante 3 años. Los científicos que lo han hecho posible pertenecen al Equipo de Investigación de Atapuerca. Los codirectores del Proyecto serán por parte española el arqueólogo Eudald Carbonell y el paleontólogo Bienvenido Martínez, y por Eritrea Yosief Libsekal, director del Museo Nacional, y el paleontólogo Tsegai Medin. La Fundación Palarq y la Fundación Atapuerca van a costear la investigación postdoctoral del Dr. Medin en torno al proyecto.