Galería se localiza en la Trinchera del Ferrocarril a escasos 50 metros del yacimiento de Gran Dolina. Es una cavidad compuesta por tres áreas: un tramo horizontal en la zona central (TG) relacionada hacia el norte con una sala conocida como Covacha de los Zarpazos (TZ) y, hacia el sur, con un conducto vertical abierto al exterior llamado Trinchera Norte (TN). Galería se rellenó durante el Pleistoceno medio (entre los 500.000 y los 180.000 años) a través de dos principales entradas de sedimentos. Por un lado, sedimentos procedentes de la zona norte (TZ) que cubrieron la zona central y, por otro lado, los aportes que entraron a través de TN. Esta sedimentación ha dado lugar a una secuencia sedimentaria con unos 7 m de espesor en el área central y de 13 m en la zona de TN, en la que se han distinguido 6 unidades estratigráficas.
Las intervenciones arqueológicas en Galería se iniciaron en 1976, aunque las excavaciones sistemáticas se desarrollaron desde 1982 hasta 1995. En el año 2002 se reanudaron los trabajos en TZ hasta el año 2010. A partir de 2011, la excavación vuelve a centrarse en TG, ampliando la superficie de excavación inicial hacia el interior de la cavidad.
Galería, incluyendo TG, TN y TZ, ha proporcionado más de 2.400 objetos líticos y más de 19.000 restos de macromamíferos asociados a abundantes fósiles de microvertebrados. Hay que destacar el descubrimiento en la Covacha de los Zarpazos de dos fósiles humanos, un fragmento de mandíbula y un fragmento craneal, asignados a H. heidelbergensis.
Los fósiles de Galería pertenecieron en su gran mayoría a herbívoros. Entre ellos destacan los cérvidos, los équidos y, en menor número, los bóvidos y los rinocerontes. Los restos de carnívoros son escasos, pero existe una buena variedad de especies como el lobo, el cuón, el oso, el león, el lince y el zorro, entre otros.
Las herramientas líticas, pertenecientes al Modo 2 o Achelense, están elaboradas sobre todo en sílex y en cuarcita. Son característicos los grandes instrumentos como los bifaces y los hendedores, aunque predominan los útiles retocados sobre lascas de pequeño y mediano formato (como raederas, denticulados y puntas), y los cantos no tallados.
Galería funcionó como una trampa natural para los animales que merodeaban por la sierra. Los animales caídos atrajeron la atención de los carnívoros y de los propios homínidos para aprovechar los recursos cárnicos allí acumulados. Los homínidos, habitualmente accedían los primeros y procesaban a los animales para transportar los nutrientes fuera de Galería, ya fuesen los segmentos esqueléticos de animales grandes o los animales enteros cuando el peso lo permitía. Por su parte, los carnívoros, principalmente los cánidos y, de manera esporádica, los hiénidos, priorizaron el consumo in situ de los cadáveres realizando, en ocasiones, carroñeo sobre los esqueletos abandonados por los homínidos.